El dolor tiene un lado decoroso y un lado impúdico.
*
Lo que entonces sentí con ilusión apagada —un encuentro—, ahora lo recuerdo como el momento más feliz de mi vida. Los mejores recuerdos —y casi es un pleonasmo lo que viene a continuación— son los que tienen y terminan el recorrido en la memoria. No acaban en el hecho en sí, o el hecho en sí no los acaba...